Sobre la queja

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Hace días encontré una frase en las redes. Más o menos decía

“Si las palabras que salen de tu boca se tatuasen en tu cuerpo…¿te gustarías?”

¿Te has fijado alguna vez qué de todas las palabras que salen cada día de tu boca, una gran cantidad lo hacen en forma de crítica o queja? Si durante una semana pones atención a las palabras que dices y a tu diálogo interior, no encontrarás juez más estricto ni gruñón en ningún lado.

Esta reflexión te llevará  ver que hay muchos problemas en esto de ir criticando y quejándote por ahí. Por un lado, te impulsa a fijarte en las cosas negativas de todo lo que te rodea y eso deja poco espacio para que te centres en las cosas positivas y agradables. La mente es muy poderosa y si la acostumbras a ver todo bajo esta lupa, vas a verlo todo con esta lupa.
Ir por el mundo con esta visión negativa constante drena mucho tu energía y la de todos los que te rodean, el ambiente se vuelve denso, desagradable y poco productivo y creativo.

Otro tema importante es que cuando te quejas y criticas, muchas veces estás traspasando tu responsabilidad a otros o a situaciones, vamos, lo que vulgarmente se conoce como pulgas fuera… Hacerlo así te paraliza y no te induce a actuar y a construir para mejorar la situación.
Porqué una cosa debe quedar muy, muy clara. No quejarse ni criticar no significa aceptar todo lo que caiga sin hacer nada y con una actitud resignada. ¡No! Significa querer cambiar las cosas y mejorar, siempre, pero con una actitud constructiva y positiva.

Esfuérzate por mantener la crítica y las quejas lejos de ti esta semana. Lo que te puede ayudar es ha ayudado es practicar la gratitud y la amabilidad.