Hace ya muchos años que, con más o menos regularidad tengo un diario. Es un diario personal en el que no hay secretos si no más bien reflexiones sobre mis días y mi vida en general.
Tomarme esos minutos cada día me ayuda a poner orden, a mantenerme centrada en mi y me ofrece un espacio en el que parar el tiempo. ¿Suena bien verdad?

Pues eso no es todo lo que me da el tener un diario. Mirar las páginas de los días anteriores me ayuda a ver cómo mejoro, a tomar presprectiva de las cosas, a tomar consciencia de los cambios que he hecho y de los que me quedan por hacer. El diario me ofrece ese ritual de cierre, de agradecimiento por todo lo que he vivido. Desde que escribo me doy cuenta de que soy más agradecida con las personas. He ganado en amabilidad, ahora hago escuela de la misma con los demás y sobretodo conmigo misma.

Al escribir aunque sea pocas líneas cada noche, he conseguido fijarme más en los detalles, en las pequeñas cosas de la vida y he descubierto que, quien escribió la famosa frase “no todos los días son buenos pero siempre hay algo bueno en cada día” acertó de pleno. Es verdad que hay días que son más difíciles y en los que todo parece salir mal y es justo en esos días, en los que viajo atrás en las páginas y encuentro siempre un recuerdo que me hace sonreír, aunque sea solo por un momento. Uno de los diarios que más me gusta es el que dura cinco años, en cada página puedes escribir una líneas del mismo día pero de diferente año…así tienes a la vista qué pasó, que hacías hace uno, dos tres o más año ¿fantástico no?

Hay muchas maneras de usar un diario, por ejemplo, el escribir un diario me ha ayudado en los momentos en los que tomé la decisión de hacer cambios en mi alimentación. Empecé justo por ahí, escribí un diario de un par de semanas apuntando todo lo que comía. Tuve una visión completa y la plena consciencia de cómo era de verdad mi alimentación, ¡os aseguro que fue un shock! Yo que me creías super sana descubrí que tenía una alimentación muy desequilibrada. El diario me ayudó y empecé el cambio desde ahí.

Para los cambios tener un sistema tipo “diario” es una maravilla, ya sea señalando en un calendario cunado si y cuando no has cumplido lo que te has propuesto, escribiendo en un cuaderno o en el móvil, el diario es una ayuda.

Por eso en nuestro reto, uno de los hábitos fijos relacionado con la esfera emocional es justamente este, escribir cada día una pequeña reflexión contándole a todos los demás compañeros de reto que tal te ha ido el día…¿qué te parece?