Últimamente da igual a que hora salgas de casa, siempre hay alguien corriendo súper equipado, con agua, cascos, pulsómetro y ropa tech; como una epidemia nos adelantan hombres y mujeres de todas las edades, algunos corriendo como si no hubiese un mañana, otros que piensas ¡este va a reventar! Y otros van como si estuviesen tomando café con amigos, charlando…
No te equivoques, nos encanta que la gente se ponga en marcha y aún así ¿dónde quedan la fuerza, la elasticidad de sus articulaciones, su flexibilidad muscular? ¿las trabajaran?
Trabajar la fuerza utilizando el propio peso del cuerpo, a través de ejercicios funcionales nos ayuda a recuperar esa sensación de que tenemos capacidad en nuestro cuerpo para hacer un esfuerzo más, a reconectar con nuestros músculos y volver a sentir la vida en ellos…tranquilos, ejercitar la fuerza es más amable de lo que parece. Hay que encontrar los movimientos que se adapten a nuestro momento y, si decidimos usar cargas externas (pesos) hacerlo siempre dentro de nuestras posibilidades, aumentándolas gradualmente
El trabajo de la fuerza es importante ya que mejora el tono de los músculos ayudando así a mantener una postura correcta; activa el metabolismo; mantiene los correctos niveles de azúcar en sangre; ayuda a sostener a los órganos en su lugar y a favorece sus funciones así que ¡ánimos!.